(Extracto traducido del libro "Everybody Wins", escrito por Bart Cools y Bruno Rouffaer)
Vivir en la pobreza extrema significa no poder permitirse un médico o un tratamiento médico. Significa no tener electricidad, una vivienda limitada y, a menudo, poca o ninguna comida en la mesa. En el caso de los niños pequeños, una alimentación inadecuada, a menudo unilateral, provoca retrasos en el crecimiento con efectos duraderos en su desarrollo. En regiones donde muchas personas carecen de acceso a agua limpia y saneamiento, la pobreza extrema implica la propagación de enfermedades y una mortalidad infantil innecesaria.
Los niños que viven en la pobreza no suelen tener acceso a una educación de calidad. A veces esto se debe a que no hay suficientes escuelas de calidad, a que sus padres no pueden pagar el coste o a que las familias empobrecidas necesitan que sus hijos trabajen. Sin una educación de calidad, los niños crecen sin poder mantener a su vez a sus propios hijos, con lo que la pobreza se transmite de generación en generación. La situación suele agravarse por la falta de confianza en sí mismos, el sentimiento de inferioridad y, a veces, incluso la creencia de que vivir en esas condiciones es su destino, algo contra lo que no pueden hacer nada.
Los economistas utilizan el término "trampa de la pobreza" para describir una situación en la que las personas quedan atrapadas en la privación durante largos periodos de tiempo, a menudo varias generaciones, y no pueden hacer nada por sí mismas para salir de esta situación. La idea es sencilla: la pobreza de hoy causa pobreza en el futuro, por lo que los niños que nacen en la pobreza tienden a seguir siendo pobres. Para que alguien salga de la pobreza, necesita oportunidades como educación, agua potable, recursos financieros e instalaciones médicas accesibles. Sin estos elementos básicos, la pobreza se convierte en un ciclo que va de una generación a la siguiente, como un perpetuum mobile.
Si las familias son demasiado pobres para enviar a sus hijos a la escuela, éstos tendrán dificultades para obtener ingresos suficientes más adelante. Si una comunidad carece de agua potable, las mujeres pasarán gran parte del día buscando agua en lugar de obtener ingresos. Si los centros médicos están lejos, un padre pierde ingresos cuando lleva a su hijo enfermo al médico.
Las catástrofes naturales y los conflictos dificultan aún más la ruptura de este círculo vicioso y suelen sumir a más personas en la trampa de la pobreza. Las familias de una comunidad sin instituciones públicas que funcionen bien suelen tener pocas reservas, de modo que cuando se producen catástrofes de este tipo, se atrincheran aún más en la pobreza o caen en la precariedad muy rápidamente.
La desnutrición es una de las causas típicas que pueden sumir a las personas en la trampa de la pobreza. Cuando las calorías que consumimos son utilizadas por nuestro cuerpo para sobrevivir en lugar de proporcionarnos la fuerza necesaria para trabajar, se crea un equilibrio perverso caracterizado por los bajos ingresos y la mala nutrición. La nutrición insuficiente se convierte entonces en causa y consecuencia de los bajos ingresos.
Estos círculos viciosos también se producen a nivel macroeconómico. Por ejemplo, los países de renta baja suelen carecer de las condiciones básicas para el crecimiento (como tecnología, educación, infraestructuras...). Estas condiciones son muy necesarias para mejorar la productividad, lo que permitiría aumentar la renta nacional y, en última instancia, sacar a la población de las formas más extremas de pobreza.
Es importante comprender bien la trampa de la pobreza en la que se encuentra un individuo, una familia o una comunidad para poder tomar las decisiones adecuadas para "escapar de la trampa". Los esfuerzos puntuales, si están bien elegidos, pueden tener efectos positivos duraderos. Este es el razonamiento utilizado, por ejemplo, para defender la expansión del sistema de microfinanciación en los países de renta baja. A menudo simplemente falta un empujón puntual para iniciar un círculo virtuoso de aumento de la inversión, el crecimiento económico y los ingresos.
La trampa de la pobreza rara vez tiene una causa específica, por ejemplo la desnutrición o la enfermedad. Suele ser una situación compleja con múltiples causas que requerirán un enfoque multidimensional. No siempre es necesario hacerlo a escala regional o nacional. A veces, las medidas dirigidas a abordar los cuellos de botella a nivel local o incluso familiar tienen las mismas o mayores posibilidades de éxito.
Para más información (en inglés): www.everybody-wins.eu